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Inflación
¿Por qué los precios no pueden permanecer iguales?


¿Y si te dijeran que subir los precios —un poco— no solo es normal, sino necesario?
En 2022, los precios subieron demasiado en casi todo el mundo. En lugares como Estados Unidos, Reino Unido y la Eurozona, todo costaba alrededor de un 10% más que el año anterior. Aunque hoy esa subida ya no es tan fuerte, los precios siguen siendo altos. Lo único que ha cambiado es que ahora están subiendo más despacio.

Las familias gastan más, los negocios tienen problemas y los gobiernos intentan encontrar soluciones. Pero, al mismo tiempo, hay expertos que dicen que “un poco de inflación es algo bueno”. Y eso puede sonar raro. Si subir los precios nos afecta, ¿por qué no simplemente mantenerlos igual?
La realidad es que los gobiernos y los bancos centrales no buscan una inflación de cero. De hecho, intentan que haya una inflación moderada, de alrededor del 2%. ¿Por qué? Porque cuando la gente cree que todo va a costar más en el futuro, prefiere comprar ahora. Eso ayuda a que los negocios vendan más, contraten más personas y haya más dinero moviéndose en la economía.

Este ciclo solo funciona si los salarios también suben. Pero entre 2021 y 2022, eso no pasó: los sueldos no crecieron al mismo ritmo que la inflación.
Para 2023, cambió un poco, y en algunos casos los sueldos crecieron más que los precios. Pero en general, todavía son bajos.
Otra parte del problema es que algunas empresas aprovecharon el momento para subir precios más de lo necesario. Eso hizo que todo se saliera de control.
Para detener esto, el gobierno subió las tasas de interés. Generando que el pedir dinero prestado sea más caro, por ejemplo, con tarjetas o créditos. Entonces la gente gasta menos y la economía se frena. Pero también hace que a muchas familias les cueste más salir adelante si necesitan endeudarse.
Y no todo es subir precios. A veces, los precios bajan. Eso se llama deflación. Suena bien, pero también es peligroso. Si la gente piensa que todo va a costar menos mañana, deja de comprar hoy.
Lo que provoca que todos gasten menos, y empuja aún más los precios hacia abajo. Es la llamada “espiral deflacionaria”.
Las empresas venden menos, ganan menos y despiden empleados. Así comienza un círculo negativo muy difícil de detener.
En 2020, por ejemplo, los precios bajaron tanto que el gobierno tuvo que bajar las tasas de interés casi a cero. Por suerte, eso ayudó. Pero si no hubiera funcionado, no había mucho más por hacer.
¿Y por qué bajaron tanto las tasas de interés? Porque es una de las herramientas más rápidas que tiene el gobierno para mover la economía. Cuando las tasas son muy bajas, pedir dinero prestado se vuelve más barato. Eso ayuda a que las personas compren casas, autos o inviertan en sus negocios.
También hace que las empresas pidan créditos para crecer y contratar más gente. Todo eso hace que haya más dinero circulando y, con suerte, los precios vuelvan a subir un poco.
Por eso los gobiernos prefieren que los precios suban. Si están muy cerca de cero, cualquier cambio puede llevarnos a una crisis. Pero si se mantienen un poco arriba, es más fácil mantener el equilibrio.
Así que sí, aunque suene raro: un poco de inflación puede ser algo bueno.

En un reciente artículo, analizamos el impacto de los aranceles en la economía global y por qué siguen siendo una herramienta tan polémica. Descubre más aquí.