Aldi

Lo barato también puede ser bueno (Aldi lo prueba)

Aldi entendió que la mejor decoración de un supermercado son los precios bajos. Nada de lujos, nada de música… y aun así, la fila de clientes nunca deja de crecer.

En un entorno en el que el precio de los alimentos pesa cada vez más en el presupuesto de los hogares, Aldi ha logrado destacarse como la cadena de autoservicio que ha crecido más rápido en Estados Unidos, tanto en número de tiendas como en preferencia por precios bajos.

Desde hace años, Aldi reporta un crecimiento sostenido. En 2024 tenían unas 2,400 sucursales en EUA y en 2025 registrará la mayor apertura anual de su historia con más de 225 nuevas tiendas.

Con la apertura de estas tiendas, alcanzarían un nuevo récord de casi 13,400 establecimientos en todo el mundo, operando en aproximadamente 18 países.

Con más de 2,400 sucursales, Aldi tendrá en 2025 la mayor apertura anual de su historia en Estados Unidos.

Este crecimiento no surgió de la nada. En épocas de crisis económicas, lejos de desacelerarse, la compañía ha acelerado su expansión. La crisis financiera de 2008 fue un punto de inflexión: atrajo a miles de nuevos clientes y, cuando la economía se recuperó, la mayoría se quedó.

Hoy, en un contexto de alta inflación, Aldi sigue sumando presencia en el mapa minorista estadounidense.

Su modelo se basa en simplicidad y eficiencia. Las tiendas tienen un promedio de 1,115 m², mucho más pequeñas que un supermercado tradicional. Esto reduce costos en renta, compra de propiedades y servicios. Además, su diseño permite que, desde la entrada, el cliente pueda ver todo el local, y que el personal recorra distancias mínimas para trabajar.

El diseño de Aldi reduce costos y transmite su filosofía de “sin lujos”.

Una de las grandes diferencias de Aldi como tienda es que evita invertir en adornos o decoración; los considera gastos innecesarios que no aportan al cliente. Esta filosofía forma parte de su enfoque no-frills o “sin lujos”, en donde se eliminan elementos superficiales precisamente para mantener los precios bajos.

A diferencia de sus competidores, Aldi no ofrece panadería, carnicería ni módulos de atención al cliente. También limita drásticamente la variedad. Mientras un supermercado típico maneja unos 31,000 productos, Aldi ofrece cerca de 1,600 productos.

A fin de reducir aún más sus costos operativos, Aldi decidió no reproducir música en sus tiendas. Esta medida busca evitar los elevados costos de las licencias musicales, que pueden representar un gasto considerable en cadenas de tiendas grandes. En lugar de trasladar ese costo al cliente, Aldi prefiere revertir ese ahorro en mejores precios para sus productos.

Gracias a estas estrategias, Aldi vende productos por debajo del promedio nacional, reforzando su imagen de tienda de descuentos. Expertos en marketing señalan que, cuando un consumidor ve precios bajos, tiende a asociarlos con menor calidad. Por eso, la compañía cuida que sus clientes entiendan que el ahorro proviene de la eficiencia, no de sacrificar estándares.

Desde el uso de carritos que requieren una moneda de 25 centavos para liberarlos, hasta la ausencia de decoración innecesaria, cada detalle transmite el mensaje.

Más allá del precio, Aldi ha apostado fuertemente por sus marcas propias. El 90% de lo que vende pertenece a su portafolio privado. Esto le permite negociar directamente con fabricantes, concentrar compras en las presentaciones más populares y reducir costos.

El objetivo es que el cliente sienta que obtiene prácticamente lo mismo, pero a un precio menor.

En general, la percepción de que las marcas propias eran de menor calidad ha cambiado. Entre 2018 y 2022, las ventas de productos de marca propia en la industria de supermercados de EUA alcanzaron más de $229 mil millones de dólares.

Y Aldi fue uno de los mejores beneficiados, en 2022, el 77.5% del gasto de los clientes en sus tiendas se destina a productos de marca propia.

Sus clientes también han evolucionado. En un inicio, se enfocaba en consumidores que buscaban ahorrar, pero hoy también atrae a quienes valoran la compra rápida y práctica. Con un inventario limitado y un diseño eficiente, entrar y salir de la tienda puede tomar solo unos minutos.

Aldi ha demostrado que, incluso en un mercado saturado y en tiempos difíciles, es posible crecer con una propuesta basada en precios bajos, eficiencia operativa y marcas propias.

En los noventa, Gap vestía al mundo. Luego vinieron los descuentos eternos y un logo que duró seis días. Hoy, contra todo pronóstico, la marca parece haber encontrado de nueva su voz: leer aquí.