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Hooters pasó de $1.2 mil millones a $358 millones, ¿puede renacer?


Hooters aprendió que no puedes vender pollo frito y controversia en combo. El nuevo plan apuesta, por lo que nunca falla, la salsa y las alitas.
Hooters siempre fue una marca dividida en dos visiones. Por un lado, los fundadores que defendían la idea de un restaurante familiar con un toque deportivo. Por otro, los fondos de inversión que vieron en el uniforme y la imagen sexualizada su mayor valor comercial.
El resultado fue un enfrentamiento que terminó en marzo de 2025, cuando Hooters anunció su bancarrota y comenzó un proceso de redefinición sobre lo que realmente debe representar la experiencia de la marca.
Para poner en contexto la magnitud de este desafío, en 2023 la cadena logró realizar ventas por un estimado de $1.2 mil millones de dólares. Sin embargo, al año siguiente, los ingresos provenientes de sus restaurantes propios se redujeron drásticamente, captando únicamente $358.9 millones de dólares en 2024.

En 2024, los ingresos de Hooters cayeron de $1.2 mil millones a $358.9 millones.
El nuevo plan busca volver a lo básico con platillos sencillos, ambiente relajado y una imagen menos polémica. Neil Kiefer, uno de los fundadores, retomó el control de más de 100 sucursales en crisis.
Para ponerlas al día, calcula una inversión de unos $300,000 dólares por unidad. Si la operación abarca todas, el costo total puede escalar hasta $30 millones de dólares. Una cifra elevada, pero necesaria.
La estrategia empieza por los uniformes. En 2021, bajo gestión de capital privado, se introdujo un modelo más corto que generó rechazo en redes sociales. Hoy el plan es estandarizar de nuevo el look clásico, sin llevarlo al extremo. La apuesta es proyectar un estilo “atlético” y no “sexualizado”.
El menú también se reestructura. Durante años intentaron ser todo para todos, acumulando platillos que apenas se vendían. Ahora se enfocarán en lo que siempre funcionó; pollo fresco, mariscos y, sobre todo, la salsa original de Hooters. Más del 60% de los platillos se sirven con ella, desde los camarones hasta las alitas, lo que la convierte en el verdadero corazón del negocio.
El servicio es otra pieza clave. En algunas sucursales operadas por terceros, las meseras podían sentarse con clientes, algo que Kiefer considera innecesario y fuera de lugar. En sus restaurantes, la consigna es cercanía sin excesos.
El resultado se refleja en los ingresos: en Chicago, las Hooters Girls llegaron a ganar un promedio de $27 dólares por hora en 2024. En contraste, el salario mínimo federal en Estados Unidos permanece en $7.25 dólares.
La meta no es competir directamente con las cadenas de pollo rápido, sino recuperar la confianza en la marca. La clave estará en estandarizar la experiencia en donde el cliente entre a un Hooters en cualquier ciudad y viva lo mismo. De ahí el esfuerzo en capacitación, inversión en instalaciones y comunicación más clara sobre el producto.

En un artículo reciente, analizamos cómo los restaurantes de comida rápida convierten un simple combo en una estrategia para que gastes más en cada visita, desde menús que destacan las imágenes y esconden los precios, hasta promociones que te invitan a volver; descúbrelo aquí.