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Por qué un Rolex nuevo puede costar miles de dólares menos que uno usado


Hay listas de espera para comprar un Rolex… y también para leer este correo.
Bueno, casi. Porque cuando algo escasea, lo deseamos más. Pasa con los relojes suizos… y con las buenas historias.
Hoy te contamos cómo Rolex pasó de ignorar el mercado de segunda mano a dominarlo.
Rolex no nació para ser una marca accesible. Ni rápida. Ni mucho menos abundante. Desde el principio, jugó a otra cosa: el deseo. Ese que se construye con espera, con escasez, con la idea de que lo que no puedes tener… es justo lo que más quieres.
Hoy, si quieres un Rolex Daytona nuevo, prepárate para hacer fila. Literal. Su precio base ronda los $52,400 dólares, pero conseguir uno no depende solo de tener el dinero. Depende de tener suerte. Y paciencia. Porque las listas de espera pueden durar meses, incluso años.

Esperar meses por un Rolex nuevo es parte del juego... y del deseo.
Por eso muchos prefieren comprar uno usado. En algunos casos, hasta pagar $65,000 dólares. No porque estén locos. Si no porque son los precios del mercado de reventa.
En el mundo de los relojes de lujo, el tiempo es una inversión. Y en ese juego, los modelos de segunda mano se han vuelto una joya aún más codiciada.
Muchos de los relojes que se venden en el mercado de segunda mano lo hacen por una razón clara: ya no existen en el catálogo actual. Algunos modelos tienen colores descontinuados, otros dejaron de fabricarse por completo. Y, en muchos casos, comprarlos usados significa evitar meses, o incluso años de espera. Es tenerlo ya, sin fila ni lista de espera.
Lo interesante es que hace una década esto no era así. Antes, vender un Rolex podía implicar una pérdida. Hoy, puede significar ganancia. El mercado de relojes usados se ha disparado.
En 2021, el mercado de relojes usados movió $22 mil millones de dólares y crece más rápido que el de relojes nuevos. Gran parte de ese crecimiento se debe a que los revendedores ahora aprovechan plataformas digitales especializadas, como FARFETCH y MR PORTER (filial de Net‑A‑Porter). Sitios conocidos por vender artículos de lujo de segunda mano, certificados y con garantía, a cambio de una comisión.

El mercado de relojes usados ya supera en ritmo de crecimiento al de relojes nuevos.
Comprar en estas páginas no solo da confianza, también ha hecho que el acceso a relojes exclusivos sea más fácil, global y rentable.
Pero Rolex, al ver todo el dinero que se generaba con sus relojes incluso después de salir de la tienda, detectó una oportunidad que muchas marcas de moda aún se niegan a ver, “el valor no termina en el primer punto de venta”. Todo lo que ocurría después, reventas, subastas, coleccionistas, lo dejaba fuera de su modelo de negocio. Hasta 2022.
Ese año, Rolex lanzó su programa de relojes certificados. Una jugada tan simple como estratégica. Tomas un reloj usado (mínimo con tres años de antigüedad), lo verificas, lo reacondicionas, lo certificas con ellos y lo vuelves a vender con sello oficial. Así, Rolex también gana en el mercado secundario. El mismo que antes ignoraba.
Para muchos compradores primerizos, esa garantía vale oro. Porque comprar un Rolex por internet puede dar miedo. Pero si lleva el respaldo de la marca, la decisión se siente menos riesgosa.
En paralelo, el negocio digital sigue creciendo. Ya más del 50% de los relojes en venta incluyen caja y papeles originales. Y aunque comprar un Rolex online se ha vuelto tan común, todavía hay quienes quieren vivir la experiencia completa. Entrar a la tienda, probarse varios modelos y recibir atención personalizada.

En un artículo reciente, contamos cómo AriZona, la marca que desafió a Pepsi y Coca-Cola sin gastar en publicidad ni subir su precio, logró construir un imperio privado de más de $4 mil millones de dólares: descúbrelo aquí.