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Por qué los gerentes de Walmart pueden ganar $620,000 dólares al año


¿Un simple súper? Sí, claro… a 80 km a la redonda.
Walmart no abre tiendas, invade economías.
Una tienda de Walmart no es cualquier tienda. Cuando abre una, no solo llega un supermercado, llega una máquina gigantesca que puede cambiar por completo la economía de su entorno, al grado de que su impacto se siente hasta 80 kilómetros a la redonda.

Su impacto se siente hasta 80 kilómetros a la redonda
Es el resultado de una estructura bien diseñada, cada proceso, cada centavo, cada metro cuadrado, se exprime al máximo, con la idea de que todo debe operar justo al límite de la rentabilidad.
Si algo puede hacerse mejor, se mejora. Si un gasto se puede reducir, se reduce. Y bajo esa lógica extrema, Walmart ha sostenido durante décadas su promesa de precios bajos todos los días.
Pero esa misma lógica también tiene sus contradicciones. En años recientes, la empresa sorprendió al anunciar que algunos de sus gerentes pueden llegar a ganar hasta $620,000 dólares al año, una cifra que contrasta con el hecho de que muchos de sus empleados aún dependen de cupones de alimentos para sobrevivir.

Dentro de la misma tienda, algunos ganan menos de $30,000 al año… y otros más de $600,000
Ahí, en el mismo espacio donde unos luchan por llegar a fin de mes, otros cobran como la élite del 1% más rico del país.
Aunque no se trata de un acto de generosidad, sino de una decisión estratégica. El gerente promedio gana unos $200,000 dólares, pero si escala a Market Manager, puede acabar supervisando 11 tiendas, liderando a más de 3,000 empleados y manejando ingresos de $620,000 dólares al año.
En términos prácticos, es como ser el CEO de una empresa mediana. Y como ese tipo de liderazgo es difícil de reemplazar, Walmart opta por pagar bien a quienes mantienen el negocio funcionando.
Esto provoca un doble efecto. Por dentro, genera una cultura aspiracional. Hay quienes se parten el alma con la esperanza de que algún día les toque estar ahí arriba.
Por fuera, mejora la imagen pública de la empresa, que puede decir que sí ofrece oportunidades reales de crecimiento, aunque no sean para todos, solo para quienes logran destacarse en un sistema exigente.
El resto vive una realidad muy diferente. Walmart es el empleador privado más grande del planeta. De forma global tiene 2.1 millones de empleados, pero también uno de los que más trabajadores tiene inscritos en programas de ayuda social en Estados Unidos.
Muchos empleados solo están de paso, otros necesitan dos o tres trabajos para completar sus ingresos, y aunque el modelo tiene miles de críticas, sigue funcionando.
En 2024, la empresa reportó ventas por $648 mil millones de dólares, casi el doble que Apple. Pero a diferencia del gigante tecnológico, Walmart gana muy poco con cada venta. Su margen neto es de apenas el 2.9%, lo cual obliga a operar bajo una presión constante donde todo tiene que salir bien, porque no hay mucho espacio para errores.
La mayor parte de sus ingresos se va en pagar lo que vende, y el resto se diluye en logística, almacenes, combustible, sueldos, la operación de su página web… Walmart depende de mover millones de productos todos los días. Pero si algo se rompe en la cadena, todo el modelo se tambalea.
Y ese modelo también deja huella en las comunidades donde aterriza. En Chicago, cuando un Walmart abrió en 2006, apenas dos años después ya habían cerrado 82 negocios locales, y cuanto más cerca estaban de la tienda, más rápido desaparecían. Ese patrón, conocido como el “efecto Walmart”, se ha repetido en múltiples ciudades.
La empresa sostiene que eso no es necesariamente malo, sino que, genera empleo, impulsa el desarrollo y reactiva la economía local, pero diversos estudios independientes muestran otra cara. Zonas con menos competencia, sueldos más bajos y mayor pobreza.
Porque Walmart no solo pone presión sobre sus proveedores. También domina el mercado laboral. Cuando es la única opción de empleo en un área, puede imponer salarios sin competencia. A eso se le llama monopsonio, y es tan poderoso como cualquier monopolio. Si nadie más está contratando, no necesita ofrecer mejores sueldos.
Lo más irónico es que esa presión constante por reducir costos, optimizar procesos y competir por centavos… es exactamente lo que permite que un pequeño grupo dentro de la empresa gane cientos de miles de dólares.
Porque si alguien logra generar mucho dinero para el sistema y no puede ser reemplazado fácilmente, Walmart está dispuesto a pagarle lo que pida.

En un artículo reciente, contamos cómo el verdadero poder de Costco no está en vender marcas famosas, sino en crear las suyas: descúbrelo aquí.